Italia es hoy, por primera vez en su historia, un país sin noticias. No hay periódicos (sólo han salido a la calle los tres rotativos afines a Berlusconi), no hay informativos de radio ni telediarios y la mayoría de los ‘on line’ han echado el cierre.
El ‘apagón informativo’ es fruto de la huelga convocada por la Federación Nacional de la Prensa Italiana en protesta por la denominada ‘ley moradaza’, un proyecto de ley impulsado por ‘Il Cavaliere’ que prevé durísimas sanciones para editores de medios de comunicación que publiquen el contenido de interceptaciones realizadas por orden judicial.
Además, el texto también impone fuertes limitaciones a los magistrados a la hora de poder llevar a cabo escuchas telefónicas, impidiendo que se llevan a cabo numerosas investigaciones sobre presuntos delitos de mafia y corrupción.
Sin embargo, Berlusconi no da su brazo a torcer. En nombre del derecho a la privacidad el primer ministro italiano aseguró ayer que el proyecto de ley de interceptaciones es “sacrosanto” y lo defendió con uñas y dientes, asegurando además que es prácticamente idéntico a otro que presentó el centro izquierda en 2007 y que superó una primera votación en el Parlamento.
“Pero entonces nadie habló de ‘ley mordaza’, de ultraje a la libertad y a la democracia. Para la izquierda, la democracia y libertad sólo existen cuando ellos gobiernan”, se quejó ‘Il Cavaliere’.
La respuesta de la oposición no se hizo esperar: “Si Berlusconi quiere hacer una ley como era la nuestra, que apruebe nuestro proyecto. Su ley es un puñetazo a la legalidad, a las investigaciones y a la libertad de información”, sentenciaba Pierluigi Bersani, el líder del Partido Demócrata, la principal fuerza del centro-izquierda.
Además, y por si fuera poco, la huelga de periodistas que sufre Italia coincide con una paro de los transportes públicos. Las dos huelgas tienen un objetivo en común: protestar contra la política de Silvio Berlusconi, quien cada vez se encuentra más desgastado por peleas internas que sacuden a su coalición, los escándalos de corrupción y la creciente oposición social a las medidas de austeridad aprobadas por su Gobierno, y que la próxima semana serán sometidas a votación en el Parlamento.
‘Il Cavaliere’, muy en su estilo, trata de hacer frente a las críticas tirando de sus propias encuestas y asegurando que según las mismas el 63% de los italianos aprueba su gestión, “un récord en Europa”, según destacaba ayer. Sin embargo, según el sondeo publicado el ‘Corriere della Sera’ (el principal diario italiano, que hoy no ha salido a la calle al secundar la huelga la mayoría de sus periodistas) el consenso del que disfruta Berlusconi cada vez es más: en la actualidad sería del 41%, frente al 50% que registraba a finales de mayo.
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